Para cualquier duda existencial:

http://ask.fm/inesgomezduran

martes, 23 de agosto de 2011

Matar mariposas estomacales con vodka y otras historias





El mundo está lleno de hipócritas.

Tú yo los primeros, que no nos conocemos siquiera. Y no creo que sea tan difícil.
Todos buscan ese amor especial, esa persona por la que perder literalmente la cabeza. Preferiblemente atractivos en el terreno visual, con una inteligencia superior a la media, y si cuenta con un porsche ya hemos ganado la lotería.
Por desgracia, yo ya no puedo conformarme con un príncipito de Disney.
Quiero alguien que se enamore de mi imperfección. Que a pesar de mis enfados, de mis desvaríos y de mis incoherencias, crea que aún quedan demasiadas cosas buenas en mí cómo para mandarme a la mierda. Alguien con quien no existan los celos, con quien pueda compartir una confianza ciega. Alguien con quién poder estar horas y horas hablando y luego otras tantas besando. Alguien que saque lo mejor de mí, que no tenga prisa, y que sepa respetar mi independencia sin sucumbir a las paranoias. Alguien que esté fuera de toda esta locura, de toda la mierda que rodea mi vida y que sepa mantenerse al margen cuando yo se lo pida. Alguien que cuando me vea con coleta y sudadera piense para sí mismo que estoy jodidamente preciosa. Alguien que sea terriblemente romántico, pero sin resultar cursi ni pesado. Alguien que le chille al universo que me ama desde una terraza y que consiga que llueva










Sí, lo sé. Ted Moseby está pillado










2 comentarios:

  1. Me encanta la etiqueta "quévidamástristechacho" jaja :)
    Pues tendremos que buscar un clon de Ted Moseby. Hasta entonces yo me "conformo" con que me quieran tal y como soy, sin intentar cambiar ni una mínima parte de mi esencia; que sea mínimamente inteligente, divertido y detallista sin llegar a ser pesado. Y por el momento... creo que ya, he bajado un poco mis expectativas (un poco solo jaja).
    un beso:)

    ResponderEliminar
  2. Ahh el amor, ese gran desconocido :) (solo de momento!)

    Cuando tenía 15 años, pensaba que era muy joven para encontrar al amor de mi vida, que todavía tenía que madurar y que no había prisa. Es curioso que ahora, en los tuentis, siga pensando exactamente lo mismo. Creo que la vida, tal y como está ahora mismo, no pone demasiado fácil el encontrar una buena pareja (y ya no te digo el encontrar a la indicada). Me parece que todos tardamos en madurar más, nos guste o no...

    Pese a todo creo que se puede ser optimista. En mi caso, las copas de por la noche cada vez me saben a menos, los "tira y afloja" con las chicas son menos frecuentes y más cansinos, las "rayadas" dejan paso a las responsabilidades, etc... En fin, que nos hacemos mayores, y a la hora de encontrar el amor es una ventaja porque cada vez sabemos mejor lo que queremos. Solo hay que ser pacientes y constantes.

    Eso sí, yo también estaría encantado de encontrar a alguien como lo que describes, tampoco hay que "crecer" tanto... :)

    ResponderEliminar